martes, 4 de septiembre de 2012

Cuando (A)normal se usa como sinónimo de “No hay problema”



Cuando (A)normal se usa como sinónimo de “No hay problema”

Por: Alexis Gómez.


Si tu amigo te falló, si te llamaron la atención por algo que hiciste e inclusive para algunos, si fracásate en un ejercicio es común entre los jóvenes panameños decir con gran fuerza la palabra: “Normal”.
Durante estos últimos tres años como educador he venido escuchando este concepto que se utiliza de forma contradictoria entre los jóvenes como si fuese un sinónimo de las frases: “No hay problema”, “No me preocupa”, “es irrelevante”, entre otras. Sin embargo, al analizar el contexto en que los educandos utilizan este concepto, denota cierto grado de “inconformidad implícita”, es decir, el acto al cual ellos manifiestan que es “Normal” realmente les afecta, pero ellos, en su intento de sentirse mejor consigo mismos ante lo sucedido, se alientan con este concepto. Pero ¿Qué significa realmente la palabra Normal? ¿Será correcto utilizarla en el contexto que hoy en día los jóvenes panameños lo usan? ¿Qué repercusiones tienen nuestras palabras en nuestras acciones?
A través del presente artículo, quisiéramos presentar un análisis semántico y filosófico de este concepto para que sirva de reflexión como seres racionales que somos.



Significado de la Palabra Normal.

La palabra normal sintácticamente es un adverbio. Proviene etimológicamente del latín normalis el cual se refiere a las cosas en su estado natural, o a todo aquello que sirve de norma o regla general por naturaleza (natura), oponiéndose radicalmente a aquello que es “paraphysin” comúnmente traducido como “contra-natura.
También puede referirse a todo aquello que se ajusta a ciertas normas colocadas de antemano. Este último significado implica la decisión de la mayoría. Así, el ser humano, escudado en la decisión de los muchos establece normas y parámetros que considera normales para su tiempo histórico, pero que no necesariamente lo son para las antiguas generaciones en el desarrollo socio-histórico. Por ejemplo: En la década de los 50, la hora “normal” de llegada a casa para los jóvenes con 18 años no ultrapasaba las 10 a 11 p.m. Hoy para los jóvenes llegar a las 3:00 a 5:00 a.m. es completamente “normal”. ¿Por qué? Debido a los cambios de la sociedad. ¿Entonces podemos decir que la sociedad determina de forma correcta lo que es normal (la norma correcta)?
No necesariamente. Quisiera hacer alusión en este momento a un versículo Bíblico que se encuentra en Éxodo 23:2: “No seguirás a los muchos para hacer el mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios”.
El versículo es muy claro. Hoy la sociedad utiliza el concepto “normal” para aquello que la mayoría aprueba, sea esto o no compatible con las normas de la naturaleza, los patrones morales, éticos, cívicos o religiosos.
Analizando lo antes mencionado, vemos que el uso del adverbio o concepto “normal” que utilizan los jóvenes a diario en sus conversaciones tienen una implicación mucho mayor en el campo de la semántica.

Semántica: El significado de nuestras palabras.

El término semántica (del griego semantikos, "lo que tiene significado") se refiere a los aspectos del significado, sentido o interpretación de signos lingüísticos como símbolos, palabras, expresiones o representaciones formales. En principio cualquier medio de expresión (lenguaje formal o natural) admite una correspondencia entre expresiones de símbolos o palabras y situaciones o conjuntos de cosas que se encuentran en el mundo físico o abstracto que puede ser descrito por dicho medio de expresión. Existen divisiones de la semántica, correspondiendo así a diversos puntos de vista.
En nuestro caso, utilizaremos la semántica lógica para analizar los aspectos anteriormente mencionados.
La Semántica lógica desarrolla una serie de problemas lógicos de significación, estudia la relación entre el signo lingüístico y la realidad. Las condiciones necesarias para que un signo pueda aplicarse a un objeto, y las reglas que aseguran una significación exacta. Teniendo esto en cuenta, analicemos el uso que los jóvenes dan al concepto “Normal” y sus implicaciones desde el campo de la semántica lógica. Para ello, vamos a ilustrarlo con un ejemplo:
“Un estudiante fracasó en un ejercicio de una X materia. Sus compañeros le preguntan cómo le fue y al saberlo le dicen: (…) Y ahora ¿que les vas a decir a tus papás? Él, en medio de su sentimiento de incapacidad, culpabilidad e impotencia para enfrentar este problema les responde: Normal”.
Analizando este ejemplo ficticio, nos damos cuenta que de acuerdo a la semántica lógica el uso del concepto (en este caso adverbio) normal no corresponde realmente al significado real. Si analizamos esta actitud, de acuerdo con los significados presentados en el tópico anterior, no corresponden a la norma o regla natural. Al utilizar el concepto normal en este contexto, la persona intenta colocar como “natura” algo que es “contra-natura”. Y analizando con mayor profundidad este caso ficticio llegaremos a la conclusión que el hombre no fue creado para vivir en el fracaso y adaptarse a él, siendo sujeto pasivo de su destino. Si observamos tenemos un grave problema no solo a nivel de la lógica semántica, sino también desde el punto de vista filosófico existencialista.



Consideraciones Finales

“(…) Siempre me he vanagloriado de mi habilidad para las frases. Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra fuente más inagotable de magia, capaces tanto de ocasionar dolor como de remediarlo (…)”
Albus Dumbledore. Harry Potter y las Reliquias
De la Muerte – Parte II

Nuestras palabras son una gran herramienta creadora de mundos diversos (tanto de forma ideológica como de forma real).
El uso del concepto Normal entre los jóvenes expresa un “conformismo” ante los sucesos, una vía de escape para no enfrentar los retos que la vida propone, escudándose simplemente en una utopía mental creada por sí mismo. Cuando este concepto es usado de esta forma equivocada, lo que ellos llaman “Normal” es realmente “Anormal”. No solo eso, cuando he indagado a muchos de los jóvenes referente a esta forma de expresarse, la gran mayoría en sus rostros expresan disconformidad con sus propias palabras, es decir, ellos expresan que todo está “normal”, mas dentro de ellos existe cierto tipo de vacío.
Les invito a que cada uno analice su forma de expresarse y si sus palabras corresponden realmente a sus sentimientos y actos.




jueves, 7 de junio de 2012

La Diálectica y la Mayéutica

Video sobre el arte de dialogar y el arte de hacer preguntas


Luego de escuchar este estudio, analice el siguiente capítulo de Charlie Brown - Peppermint Patty aplicando los conceptos aprendidos de Diálogo / Monólogo, particularidades de un diálogo, mayéutica, etc.


miércoles, 16 de mayo de 2012

Tema: Los Miedos: Qué son y cómo vencerlos

El siguiente estudio trata acerca de Los Miedos desde una perspectiva Lógica - Filosófica. 
Para ampliar mucho más el tema, les recomiendo la película Monster's Inc.

PARTE 1


PARTE 2

domingo, 6 de mayo de 2012

Recordando al Ex-presidente Dr. Jorge Illueca


Este jueves falleció el expresidente de Panamá, Dr. Jorge Illueca Sibauste.

Jorge Enrique Illueca Sibauste (Ciudad de Panamá, Panamá; 17 de septiembre de 1918 - Ciudad de Panamá, Panamá; 3 de mayo de 20121 ) fue un diplomático y abogado panameño. Fue Presidente de Panamá desde el 13 de febrero hasta el 11 de octubre de 1984, reemplazando constitucionalmente al renunciado Presidente De la Espriella.
Fue embajador de Panamá en la ONU desde 1976 hasta 1981, y Ministro de Relaciones Exteriores de Panamá desde 1981 a 1983. En 1982 fue elegido segundo vicepresidente del país; entre 1983 y 1984 fue Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas y en 1984 asumió como Presidente Constitucional de Panamá debido a la renuncia de Ricardo de la Espriella hasta la realización de las elecciones presidenciales del mismo año.
Video sobre el Dr. Jorge Illueca

Artículo: ¿Ver para creer? Un análisis desde el Pensamiento Bíblico

¿Ver para creer? Un análisis desde el Pensamiento Bíblico

Por: Alexis Gómez*

“Es,  pues,  la fe la certeza de lo que se espera,  la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios,  de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”.
Hebreos 11: 1 – 3


Hace algunos días me enviaron una historia (la cual no sé si era real o ficticia) de un alumno que era cuestionado por su profesor acerca de la existencia de Dios. Me pareció muy interesante la respuesta de aquel alumno para su profesor. Sin embargo, pensé que era de suma importancia esclarecer algunos puntos sobre el por qué muchas veces existe esa diferencia entre Fe y Ciencia. La situación radica en el enunciado que se convirtió en un paradigma[1]: “Ver para creer”.
En las páginas del Nuevo Testamento vemos una situación en la cual Tomás, uno de los doce discípulos, no cree que Jesús había resucitado[2]. Jesús se le aparece a Tomás y a los demás que están reunidos y le pide a Tomás que mire y toque las llagas producidas en la crucifixión, y termina diciéndole: “Dichosos los que no vieron y creyeron”.

A.      Definición de Ciencia y Fe

La ciencia (del latín scientĭa 'conocimiento') es el conjunto de conocimientos sistemáticamente estructurados, y susceptibles de ser articulados unos con otros. La ciencia surge de la obtención del conocimiento mediante la observación de patrones regulares, de razonamientos y de experimentación en ámbitos específicos, a partir de los cuales se generan preguntas, se construyen hipótesis, se deducen principios y se elaboran leyes generales y sistemas metódicamente organizados

La Fe es un concepto judío que se deriva de la palabra hebrea emuná que significa tres cosas: firmeza, seguridad y fidelidad. Para el pensamiento judío, una fe que no incluya seguridad o fidelidad, es lo mismo que separar el espíritu del cuerpo, es decir: es una fe muerta (Stg 2:26).
Ésta es la definición de la fe dada en la carta a los hebreos: "la Fe es la certeza de lo que se espera y la evidencia de lo que no se ve" (Heb 11:1). La palabra griega: 'élenjos' se suele traducir tradicionalmente por: 'convicción', pero como hemos visto, la fe no es sólo convicción; sino obrar consecuentemente con lo que uno cree. Élenjos también significa: "evidencia" o "prueba de algo". Así pone Yakov (Jacobo, o Santiago) el ejemplo de Abraham: que creyó a Dios y le fue contado por justicia, pero únicamente validó esa convicción cuando llevó a su hijo al altar, como Dios le había mandado (Heb 11:17; Stg 2:21-22).


B.      ¿Ver para Creer? Un ejemplo del Problema científico

Para entender mejor el punto sobre Ver para creer, quisiera compartir un artículo escrito por: Víctor Hugo Gómez Ergas.

El Racionalismo es una corriente filosófica que dice, entre otras cosas, que todo aquello que tiene una explicación racional (en una racionalidad llamada científica) existe, y lo que no tiene una explicación, y existe, es porque todavía no se encuentra una explicación. En síntesis, el Racionalismo exalta los grandes poderes de la razón humana para conocer el mundo. Esta tendencia marcó el pensamiento filosófico, científico y religioso de la sociedad moderna hasta nuestros días.

¿Qué exalta el Racionalismo? Entre otras cosas el famoso adagio: "Ver para creer". Pero esto no es tan cierto, pues si nos fijamos en la gente chismosa la máxima de ellos es: "Oír para creer", ya que creen y aseveran todo aquello que escucharon y no necesariamente lo que vieron. De aquí podemos inferir que no hay que ver para creer o, lo que es lo mismo, podemos creer sin ver. En otras palabras, el problema radica en saber "Ver" las cosas.

La lluvia es un fenómeno de la naturaleza que todos conocemos. De hecho la vemos; por lo tanto, afirmamos racionalmente que existe; es decir, ver para creer. Pero, ¿por qué llueve? ¿Cuál es la explicación de la lluvia? Para eso el Racionalismo nos da la respuesta, una explicación científica: "El ciclo del agua". Les explico en qué consiste:
El agua acumulada en los mares, lagos y demás se evapora (se transforma en gas) al calentarse, por ejemplo, con el calor del sol. El vapor de agua se eleva hasta una cierta altura, donde se acumula formando nubes. Los vientos las empujan hacia tierra y, al descender la temperatura, el vapor de agua se condensa, se transforma de gas a líquido; esto es, las moléculas de agua, que están sueltas, por estar en estado gaseoso, con la baja temperatura tienden a juntarse hasta formar gotas de agua. Al condensarse el vapor forma gotas que, cuando son lo suficientemente grandes como para ser más pesadas que el aire, debido a la fuerza de gravedad terrestre, caen en distintas formas de precipitación, lluvia, granizo o nieve, dependiendo de lo baja que sea la temperatura y de la altura. En el caso de la nieve, ésta permanece acumulada hasta que el aumento de temperatura genera su derretimiento, escurriendo por el suelo en forma de ríos y napas subterráneas hacia los lagos y mares. Igual cosa sucede con el hielo en los glaciares. Este se desprende de un glaciar y cae al agua, flota y navega a la deriva hasta que el calor lo derrite lentamente. Luego esa misma agua se vuelve a evaporar. De este modo, el ciclo se repite. ¡Fantástico!


Al leer esto la mayoría dirá: "¡Qué sabia es la naturaleza!". Pero hay un "problemita", más bien son dos "problemitas insignificantes”. El primero, ¡todavía no explicamos por qué llueve!; simplemente describimos cómo llueve, que no es lo mismo. Resulta que la ciencia no explica la razón de nada. Todo buen científico sabe que la ciencia trata de describir procesos, o sea, cómo se producen los fenómenos; pero no puede explicar el porqué de los mismos. Por eso aquél que dice: "La explicación científica de esto es tal cosa", está muy equivocado. Debería decir: "Este fenómeno se produce de tal forma", o "La descripción del proceso tal es..." y luego describir el proceso, pues, y siento desilusionarlos, el porqué se produce realmente ninguna persona lo sabe. Por ejemplo, se sabe cómo funciona el motor diesel, pero todavía no se sabe por qué funciona.

El segundo punto tiene que ver con el agua en sí. Dijimos que el hielo flota. ¿Se han preguntado cómo es posible? Se los describo: Al bajar la temperatura hasta cero centígrado, el agua pura se congela; es decir, el líquido se solidifica. Ahora bien, un metro cúbico de agua -esto es, un cubo de un metro por lado- pesa mil kilos o, lo que es lo mismo, mil litros. Si se congela produce un cubo de hielo de mil kilos de peso con un volumen, el espacio físico que ocupa es de más de un metro cúbico. Aumenta el volumen del sólido manteniendo el peso: por eso flota. Esto se comprueba al llenar hasta el tope una botella con agua, taparla y congelarla. La botella se revienta al congelarse el agua y… ¡aumentó su volumen!. Si el hielo se derrite ocurre lo contrario: el volumen de agua va a ser menor que el que ocupaba el pedazo de hielo, pero va a mantener el mismo peso. ¿Sabían que éste es un caso excepcional en el mundo de los líquidos?

Los alcoholes, aceites, ácidos puros (que no contienen agua), metales líquidos como el mercurio, metales y sólidos fundidos, etc., no se comportan como el agua. Al bajar la temperatura lo suficiente, se solidifican, formando un estado sólido que mantiene el peso, pero disminuye el volumen; por lo tanto, se hunden si se les coloca en un medio líquido de su misma naturaleza (por ejemplo, aceite congelado en aceite líquido). Si quieren comprobarlo, es cosa de ver un termómetro donde el mercurio que está en el interior aumenta su volumen al aumentar su temperatura. Por eso, el caso del agua es la excepción; pero no nos parece extraño ¡aunque lo es!, y mucho, porque es el líquido cuyo comportamiento estamos más acostumbrados a ver, ya que es el que más abunda en océanos, lagos, ríos e ¡incluso en nuestras casas!.

Resumiendo, todos los líquidos se encuentran en una cantidad ínfima comparados con el agua y forman sólidos que, al igual que el agua, mantienen el peso; pero, a diferencia de ésta, ocupan menos volumen o espacio físico que el que ocupaba el líquido que los originó (y como dijimos anteriormente, al revés, el hielo ocupa más que el agua). Además, no nos maravillamos de esto, porque influye en nosotros el factor de la costumbre.

¿Se imaginan lo que pasaría si el agua se comportara como todo el resto de los líquidos? Al llegar el invierno, y congelarse los lagos y mares árticos y australes, la superficie del agua se congelaría y se hundiría. Así, al caer capa tras capa de hielo, moriría aplastada la vida marina y el lago o mar desde el fondo hasta la superficie sería hielo. Al mismo tiempo, el nivel del agua sería más bajo y las playas se ensancharían por la reducción del volumen del agua. Por el contrario, al llegar los deshielos, el agua solidificada (hielo) aumentaría su volumen, provocando una subida del nivel con las correspondientes inundaciones de vastos sectores de tierra firme. De hecho, si se derritiesen los polos se inundaría la Tierra; pero, "Bendito sea Dios” sucede al revés.

Se dan cuenta que el ciclo del agua no es tan simple y lo que pasa es que la mayoría "no sabemos verlo" en su real dimensión, porque el agua posee esta y otras cualidades que no tienen explicación frente al comportamiento de todo el resto de los líquidos.

Ya vimos que el agua es un líquido absolutamente atípico o extraño. Me gustaría recordar que la ciencia describe cómo se solidifica el agua, su comportamiento molecular y otras cosas, pero lo que no ha dicho es por qué se comporta así. Veamos al agua, ahora, del lado común al resto de los líquidos.

Volviendo al caso de la lluvia, para que ésta caiga, primero tiene que ascender en estado de gas y esto se realiza por medio de la evaporación (pasar de estado líquido a gaseoso, recordemos que los gases tienden a ocupar la mayor cantidad de espacio disponible). Comparemos esto con una mesa de billar, donde están las bolas colocadas al centro y son golpeadas por la bola blanca. Las bolas, al igual que las moléculas de agua, se agitan producto del un estímulo (el golpe) y se van a mover recorriendo la mesa, pero no van a poder escapar hacia abajo de la mesa, porque están sobre su base; tampoco hacia los costados, porque están los bordes de ella, y en el mejor de los casos chocan entre ellas mismas. Pero, ¿qué diríamos si las bolas salieran flotando por el aire porque se agitaron y, como no podían escapar hacia abajo y los costados, se fueron para arriba? Primero nos iríamos todos de espalda, y luego diríamos: ¡Milagro, milagro! Finalmente, y esto es la más característico de nuestra época, recapacitaríamos y atribuiríamos el hecho a un fenómeno óptico o diríamos que fue psicosis colectiva o algo por el estilo (por esto Dios no se presenta en forma clara y abierta en nuestros días, pues inmediatamente buscaríamos la explicación del fenómeno, así que igual "no lo veríamos").

Con la evaporación del agua pasa igual que con las bolas de billar y nadie se desmaya. Para empezar, el sol caliente, porque su superficie está incandescente. El fuego es energía, pero hay energías que no calientan. Así que ¿quién dijo que el fuego tiene que calentar? Es más, aún cuando el calor solar calienta la superficie del agua, ¿quién dijo que las moléculas, con el aumento de la temperatura del agua, se tienen que agitar? Más aún, aunque las moléculas se agitan, eso no implica que tengan que salir volando.
Es ilógico, porque al igual que las bolas de billar también están afectas a la fuerza de gravedad. Por otra parte, para poder entender mejor este fenómeno, explicaremos que el gas de cañería tiende a caer a los lugares más bajos, se escurre por escaleras y alcantarillas; no sale volando como en el caso del vapor de agua. Así que ¿quién dijo que las moléculas de agua, al agitarse por el aumento de la temperatura, necesariamente tienen que salir volando?
Resulta que cada parte o eslabón del ciclo del agua no tiene explicación en sí misma, y esto se hace extensivo a todo fenómeno. Han pensado alguna vez que el ser humano está lleno de orificios y no se vacía. A que la lana abriga o que el pelo crezca, etc. En el caso del ciclo del agua claramente vemos una cadena, pero erróneamente pensamos que cada cosa es consecuencia de lo anterior y causa de lo que sigue.
La verdad es que, si vemos una cadena, cada eslabón es independiente, no se genera por el eslabón que lo antecede y tampoco produce al que lo sucede. Es decir, cada fenómeno en sí mismo no tiene razón de ser; es totalmente independiente y aislado. Cada uno es un milagro. Sí, señores, las cosas por su nombre. Para nosotros los que creemos en Dios (y de hecho es así) los milagros no son algo raro (sí sobrenaturales); por el contrario, cada cosa es un milagro y sólo Dios sabe por qué los hace. Por eso, en vez de decir: "¡Qué sabia es la naturaleza!", deberíamos decir: "¡Qué grande es el milagro de la naturaleza!".


C.      El Milagro de la Naturaleza

Si preguntamos qué es un milagro, la respuesta más simple es que todo se maneja por leyes naturales que Dios estableció y dirige, y cuando se hace necesario, Él mismo cambia las leyes para producir un fenómeno sobrenatural que es positivo, y que "ocurre en el momento en que se necesita". Eso respondería una simple persona creyente.

"Imaginemos que estamos en un cementerio y vemos que en una tumba la tierra se acomoda sola, luego se forma un cuerpo y este cuerpo abre los ojos, se para y sale caminando. Nuestra primera reacción sería de espanto y luego diríamos que fue un milagro, porque resucitó un muerto. Si tomamos una semilla seca, la enterramos y le echamos agua, la semilla se pudre (al igual que el cuerpo de un ser humano fallecido). Una vez que la semilla está bien podrida germina una planta que sale a la superficie de la tierra, crece, vive, respira y produce frutos con otras semillas en su interior". Jesús usó este ejemplo en Juan 12:24 cuando habla acerca de su muerte: “De cierto,  de cierto os digo,  que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere,  queda solo;  pero si muere,  lleva mucho fruto”. Jesús habla de su muerte y resurrección. En el caso de la planta, también resucitó un ser muerto. Por cuanto el fruto del árbol se cayó de él y solo después de que se pudrió germinó la semilla, sólo que nosotros no nos damos cuenta, porque, al igual que con el ejemplo de la lluvia, estamos acostumbrados a verlo; pero es un milagro tan grandioso como darle vida de nuevo a una persona.

En hebreo, la palabra mundo se dice OLAM, viene de la palabra ILUM, que significa "ocultamiento". Quiere decir que el mundo físico es un ocultamiento de Dios. Sirve para que Él se esconda y nosotros lo descubramos en cada cosa de la naturaleza. Dios hizo las cosas así, a fin de otorgamos un libre albedrío absoluto, o sea, la capacidad de decidir y ser responsables por nuestros actos. Parte de este ocultamiento de Dios es el principio de "Causa y efecto"; es decir, llueve o echo agua a la tierra y por eso la planta crece. En realidad no es así, pero Dios estableció que cada milagro ocurra en un determinado momento y orden y no en otro, para hacernos creer que son causas o consecuencias de otras cosas y no lo que en realidad son; esto es, fenómenos no relacionados entre sí, independientes del resto, que no son efectos ni causas de nada.

Ahora podemos entender que un milagro es algo normal y no algo fuera de lo común. Pero no por eso no nos vamos a maravillar. ¡Al contrario!


Bibliografía
·         La Santa Biblia
·         Artículo “Ver para Creer” de Víctor Hugo Gómez Ergas.
·         Nuevo Testamento Interlinear – Griego – Español.





[1] El término paradigma significa «ejemplo» o «modelo». En todo el ámbito científico, religioso u otro contexto epistemológico, el término paradigma puede indicar el concepto de esquema formal de organización, y ser utilizado como sinónimo de marco teórico o conjunto de teorías.
[2] Juan 20: 24 - 29

miércoles, 2 de mayo de 2012

El Paradigma de Fe versus Ciencia


Este texto me fue enviado por IME a mi correo, que fue publicado por el Sr. Rubén Kong. Lo comparto con uds. para iniciar una discusión sobre el tema




Profesor: Usted es un cristiano, ¿no es así, hijo?

Estudiante: Sí, señor.

Profesor: Entonces, ¿usted cree en Dios?

Estudiante: Por supuesto, señor.

Profesor: ¿Dios es bueno?

Estudiante: Por supuesto.

Profesor: ¿Es Dios todopoderoso?

Estudiante: Si.

Profesor: Mi hermano murió de cáncer a pesar de que pidió a Dios que lo sanara. La mayoría de nosotros tratar de ayudar a otros que están enfermos. Pero Dios no lo hizo. ¿Cómo es este Dios bueno, entonces? Hmm?

(El estudiante se quedó en silencio.)

Profesor: No se puede responder, ¿verdad? Vamos a empezar de nuevo, jovencito. ¿Dios es bueno?

Estudiante: Si.

Profesor: ¿Satanás es bueno?

Estudiante: No.

Profesor: ¿De dónde provienen de Satanás?

Estudiante: A partir de Él ... DIOS ...

Profesor: Eso es correcto. Dime hijo, existe el mal en este mundo?


Estudiante: Si.

Profesor: El mal está en todas partes, ¿no? Y Dios hizo todas las cosas. Corregir?

Estudiante: Si.

Profesor: Entonces, ¿quién creó el mal?

(El estudiante no respondió.)

Profesor: ¿Existe la enfermedad? La inmoralidad? El odio? La fealdad? Todas estas cosas terribles que existen en el mundo, ¿no?

Estudiante: Sí, señor.

Profesor: Entonces, ¿quién los creó?

(El estudiante no tenía una respuesta.)

Profesor: La ciencia dice que tiene 5 sentidos que se utilizan para identificar y observar el mundo que te rodea. Dime, hijo, ¿alguna vez has visto a Dios?

Estudiante: No, señor.

Profesor: Dinos si alguna vez ha oído a Dios?

Estudiante: No, señor.

Profesor: ¿Alguna vez has sentido a tu Dios, tu Dios sabía, olía tu Dios? ¿Alguna vez has tenido alguna percepción sensorial de Dios para el caso?

Estudiante: No, señor. Me temo que no.

Profesor: Sin embargo, usted todavía cree en Él?

Estudiante: Si.

Profesor: De acuerdo con empírico, comprobable y demostrable protocolo, la ciencia dice que su Dios no existe. ¿Qué dices a eso, hijo?

Estudiante: Nada. Sólo tengo mi fe.

Profesor: Sí, la fe. Y ese es el problema de la ciencia tiene.

Estudiante: Profesor, ¿existe tal cosa como el calor?

Profesor: Si.

Estudiante: ¿Y hay tal cosa como el frío?

Profesor: Si.

Estudiante: No, señor. No hay.

(El auditorio se quedó muy quieto con este giro de los acontecimientos.)

Estudiante: Señor, usted puede tener un montón de calor, el calor aún más, el recalentamiento, el calor mega, calor blanco, un poco de calor o no calor. Pero no tenemos nada llamado frío. Nos puede golpear 458 grados bajo cero, lo que hay calor, pero no podemos ir más allá después de eso. No hay tal cosa como el frío. El frío es sólo una palabra que usamos para describir la ausencia de calor. No se puede medir en frío. El calor es energía. El frío no es lo contrario de calor, señor, sólo la ausencia de ella.

(No había pin-caída de silencio en la sala de conferencias.)

Estudiante: ¿Qué pasa con la oscuridad, profesor? ¿Existe tal cosa como la oscuridad?

Profesor: Si. ¿Qué es la noche si no hay oscuridad?

Estudiante: Te equivocas de nuevo, señor. La oscuridad es la ausencia de algo. Usted puede tener la luz baja, luz normal, luz brillante, la luz intermitente. Pero si no tienes luz constantemente, no tienes nada y la oscuridad llamado, ¿no? En realidad, la oscuridad no lo es. Si es así, así que sería capaz de hacer más oscura la oscuridad, ¿no?

Profesor: Entonces, ¿cuál es el punto que usted está haciendo, joven?

Estudiante: Señor, mi punto es su premisa filosófica es errónea.

Profesor: Defectuoso? ¿Puede explicarnos cómo?

Alumno: Señor, usted está trabajando en la premisa de la dualidad. Usted argumenta que hay vida y hay muerte, un Dios bueno y un Dios malo. Usted está viendo el concepto de Dios como algo finito, algo que podemos medir. Señor, la ciencia no puede ni siquiera explicar un pensamiento. Se utiliza la electricidad y el magnetismo, pero nunca ha visto, entendido y mucho menos plenamente cualquiera de ellos. Para ver la muerte como lo contrario de la vida es ser ignorante del hecho de que la muerte no puede existir como algo sustantivo.
La muerte no es lo contrario de la vida: sólo la ausencia de ella. Ahora dígame, profesor, se le enseña a sus alumnos que han evolucionado de un mono?

Profesor: Si usted se refiere al proceso natural de evolución, sí, por supuesto, lo hago.

Estudiante: ¿Alguna vez ha observado la evolución con sus propios ojos, señor?

(El profesor sacudió la cabeza con una sonrisa, empezando a darse cuenta que el argumento de que estaba pasando.)

Estudiante: Ya que nadie ha observado el proceso de la evolución en el trabajo y ni siquiera pueden probar que este proceso es un esfuerzo en curso. ¿No está usted enseñando su opinión, señor? ¿No es usted un científico, sino un predicador?

(La clase estaba en alboroto.)

Estudiante: ¿Hay alguien en la clase que haya visto el cerebro del profesor?

(La clase estalló en una carcajada.)

Estudiante: ¿Hay alguien aquí que haya oído hablar del cerebro del profesor, que se sentía, olía a tocar o que? Nadie parece haber hecho. Por lo tanto, de acuerdo con las reglas establecidas del empírico, el Protocolo estable y demostrable, la ciencia dice que no tiene cerebro, señor. Con el debido respeto, señor, ¿cómo podemos entonces confiar en sus conferencias, señor?

(La habitación quedó en silencio. El profesor miró al alumno, con el rostro inescrutable.)

Profesor: Creo que usted tendrá que llevarlos a la fe, hijo.

Estudiante: Eso es señor ... ¡Exactamente! El vínculo entre el hombre y Dios es la fe. Eso es todo lo que mantiene las cosas vivas y en movimiento.

viernes, 27 de abril de 2012

Carpe-Diem: Sociedad de los Poetas Muertos


Mientras preparamos los temas a tratar, ¿Recuerdan esta escena de la Película: La Sociedad de los Poetas muertos? Vamos a ver quién se anima a hacer un comentario basado en esta escena. Iniciamos la discusión. Primera pregunta: ¿Qué quería dar a entender el Profesor John Keating con esta forma tan peculiar de enseñar? ¿Cómo se aplica este texto de "Carpe diem" a nuestra vida?
Otra pregunta: ¿Por qué ustedes creen que el escritor le colocó como título: Sociedad de los Poetas Muetos? Justifique su respuesta con argumentos sólidos.

Bienvenidos al Café Histórico - Filosófico Carpe-diem


Sean todos y todas bienvenidos a nuestro Café Histórico - Filosófico Carpe-diem


Carpe diem es una locución latina que literalmente significa "aprovecha el día", lo que quiere decir es «aprovecha el momento, no lo malgastes». Fue acuñada por el poeta romano Horacio (Odas, I, 11)

Carpe diem quam minimum credula postero
Agarra el/este día cuan/que mínimo crédito al posterior

La traducción menos literal y más comprensible para el hablante moderno sería "Aprovecha el día y no confíes en el mañana". Se puede entender como "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"